El CBD proviene de la planta del cáñamo, una variedad de cannabis perteneciente a la especie Cannabis Sativa, que se caracteriza por su alta cantidad de CBD y baja cantidad de THC. Su uso es industrial. Con él se elaboran productos derivados, como productos cosméticos o destinados al bienestar.
El cannabidiol, más comúnmente conocido como CBD, es un compuesto natural extraído de la planta de cannabis. Su popularidad ha crecido de manera exponencial en los últimos años, gracias a los numerosos beneficios terapéuticos que se le atribuyen y a su falta de efectos psicoactivos, a diferencia de su contraparte el THC (tetrahidrocannabinol). Entender de dónde proviene el CBD es fundamental para conocer sus propiedades, cómo se produce y qué factores influyen en su calidad.
La planta de cannabis: origen y diversidad
La planta de cannabis, también conocida como cáñamo, pertenece a la familia Cannabaceae y es una de las plantas cultivadas más antiguas del mundo. Existen tres principales variedades de esta planta: Cannabis sativa, Cannabis indica y Cannabis ruderalis. Cada una de ellas tiene características únicas y produce diferentes concentraciones de cannabinoides como el THC y el CBD. El cáñamo industrial, por ejemplo, que es una variedad de Cannabis sativa, se cultiva específicamente para obtener altas concentraciones de CBD y bajos niveles de THC.
El CBD es solo uno de los más de 100 cannabinoides presentes en el cannabis, siendo uno de los componentes principales junto con el THC. Mientras que el THC es conocido por sus efectos psicoactivos, el CBD ha ganado terreno por sus potenciales beneficios terapéuticos sin alterar el estado mental. Esta diferencia es crucial, ya que permite el uso de CBD en aplicaciones médicas, deportivas y de bienestar sin los efectos asociados con el consumo de THC.