El CBD (cannabidiol) y el THC (tetrahidrocannabinol) son dos de los principales cannabinoides presentes en la planta de cannabis, pero tienen propiedades, efectos y aplicaciones muy diferentes. La principal diferencia entre ellos radica en sus efectos psicoactivos y en cómo interactúan con el sistema endocannabinoide del cuerpo.
1. Efectos psicoactivos
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THC: Es el principal compuesto psicoactivo del cannabis, lo que significa que causa el "subidón" o euforia que muchas personas asocian con el consumo recreativo de marihuana. El THC activa los receptores CB1 del sistema endocannabinoide, los cuales se encuentran en el cerebro y son responsables de la percepción, la coordinación, el estado de ánimo y la memoria.
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CBD: No tiene efectos psicoactivos, es decir, no produce un "subidón". De hecho, el CBD puede contrarrestar algunos de los efectos psicoactivos del THC, al disminuir su acción sobre los receptores CB1. Esto hace que el CBD sea seguro para el uso diario sin alterar la percepción o las capacidades mentales.
2. Efectos en el sistema endocannabinoide
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THC: Se une directamente a los receptores CB1 (y en menor medida a CB2), generando una activación potente que resulta en efectos psicoactivos. Además, el THC tiene efectos analgésicos, aumenta el apetito y puede reducir las náuseas, por lo que es útil en contextos médicos específicos, como en el tratamiento de náuseas por quimioterapia.
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CBD: Tiene una afinidad muy baja por los receptores CB1 y CB2, por lo que no los activa de forma directa. En cambio, el CBD actúa modulando el sistema endocannabinoide y aumentando los niveles de anandamida (un endocannabinoide que produce el cuerpo y que se asocia con el bienestar). También interactúa con otros sistemas, como los receptores de serotonina y los receptores TRPV1, que regulan el dolor y la inflamación.
3. Propiedades terapéuticas
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THC: Se utiliza en contextos médicos para tratar el dolor crónico, la pérdida de apetito, las náuseas y la espasticidad en pacientes con esclerosis múltiple. Sin embargo, su uso está limitado en algunos países debido a sus efectos psicoactivos.
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CBD: Es valorado por sus propiedades antiinflamatorias, ansiolíticas, antiepilépticas y neuroprotectoras. Se usa para tratar la ansiedad, la epilepsia, el dolor y los trastornos del sueño. Al no tener efectos psicoactivos, el CBD es más ampliamente legalizado y accesible.
4. Legalidad
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THC: Su legalidad depende de las leyes de cada país, ya que es considerado una sustancia controlada en muchos lugares debido a sus efectos psicoactivos. En algunos países o estados se permite solo con fines médicos o recreativos regulados.
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CBD: Generalmente, el CBD derivado del cáñamo (con un contenido de THC inferior al 0,3 % en EE.UU. o 0,2 % en la UE) es legal en muchos países. Sin embargo, las leyes pueden variar, y es importante revisar la legislación local antes de comprar o consumir productos de CBD.
5. Efectos secundarios
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THC: Puede producir efectos secundarios como ansiedad, paranoia, sequedad de boca, ojos rojos y problemas de memoria a corto plazo, especialmente en altas dosis.
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CBD: En general, tiene pocos efectos secundarios, aunque puede causar somnolencia, cambios en el apetito o en el peso y, en raros casos, diarrea. El CBD es bien tolerado por la mayoría de las personas, incluso en dosis elevadas.
Resumen
La diferencia clave entre el CBD y el THC radica en que el THC es psicoactivo y produce un “subidón”, mientras que el CBD no afecta la percepción ni causa efectos psicoactivos. Ambos tienen aplicaciones terapéuticas valiosas, pero su uso y legalidad varían considerablemente según el país y el contexto.